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25 de marzo de 2013

Fondo Nueva Evangelización: El invierno ruso, una iglesia destrozada y mucho calor en el corazón


El Fondo Nueva Evangelización de la Conferencia Episcopal Española acaba de enviar a la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de San Petersburgo – la ciudad conocida durante la etapa soviética como Leningrado – 12.000 euros para rehabilitar el sótano de esta Iglesia. En ella trabajan dos misioneras españolas del Camino Neocatecumenal: María Ascensión Romero, de Pamplona, y María Eugenia Castillo, de Sevilla.
En 1993 se devolvió a la Iglesia católica esta Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, después de decenios de haber sido destinada a todo menos al culto a Dios. Como en tantos otros lugares de Rusia y de otros países que han sufrido la dictadura comunista – Camboya, Vietnam, Mongolia, Kazajstán – los años noventa se dedicaron a ayudar a la gente. El colapso del sistema llevó a que las fábricas se pararan, el desempleo aumentara hasta cifras increíbles y no hubiera prácticamente nada que comprar ni siquiera para comer. Una situación extrema que se hacía más terrible con el frío del invierno en San Petersburgo. El padre Hartmut Kania, el sacerdote polaco que llegó para hacerse cargo de esta parroquia – un hombre extraordinario fallecido en el 2001 – consideró que la situación exigía que se pospusiera el arreglo de la Iglesia. Se crearon así varias instituciones en la ciudad, un hogar de ancianos – los más afectados por la situación - , una casa de acogida para jóvenes, un centro para los sin techo, y la Casa para Niños de la Calle “Insel” (Isla), un verdadero refugio para estos pequeños en el mar agitado de las calles de San Petersburgo. El padre Hartmut y todos los que forman la comunidad dieron un ejemplo extraordinario de entrega a los demás, intentando luchar con el calor de su corazón contra el frío invierno ruso.
Finalmente, conforme la situación ha ido mejorando se han podido dedicar esfuerzos a la construcción de la Iglesia del Sagrado Corazón. En los años 30, al ser ocupada por los comunistas la iglesia quedó absolutamente inservible, así que lo primero que había que hacer era un proyecto de obra que la devolviera a su estado original. Tras lidiar con la administración estatal por fin se aprobó hace dos años el proyecto de obra. Se pensó ir por etapas para poder llevar a cabo la rehabilitación mientras las misas y las actividades parroquiales seguían adelante. Sin embargo, cuando se iban a cometer las primeras intervenciones en el edificio la Comisión Arquitectónica Gubernamental paró todo. Y es que, a pesar de las cicatrices de tantos años, la Parroquia del Sagrado Corazón sigue siendo el único monumento de estilo neogótico en San Petersburgo.
Sólo les quedaba para parroquia el sótano, y es a lo que van destinados los 12.000 euros enviados por la Conferencia Episcopal Española a través del Fondo Nueva Evangelización. El sótano tiene muchísimas humedades. Sólo hay que recordar que Pedro el Grande, el fundador de San Petersburgo, eligió un pantano para edificar la ciudad. El Fondo Nueva Evangelización, que ha ayudado en varias ocasiones a esta comunidad parroquial ha recibió el agradecimiento de las dos misioneras españolas: “Muchas gracias por su ayuda, que nos hace vivir aún más la comunión con la Iglesia de España”… Lo cierto es que la ayuda del Fondo es un gesto de gratitud a ellas, María Ascensión y María Eugenia, y al actual párroco, el padre Yury Labanousku, y a los fieles de San Petersburgo que supieron mantener la fe, en medio del frío de la persecución.